Leyenda Del Cartero
Zaino obscuro; hocico e mula,
¡escarciador el bagual!
pa su trabajo postal
ensillado con montura,
y alardeando galanura
clavel rojo en la testera…
Subía el pingo a la vereda
aquel cartero, – Moyano
daba las cartas en mano,
a las mozas casaderas.
Luego… ¡A vaciar el buzón!
antes que llegara el tren.
Porque las cartas también
las llevaba a la estación.
Y sujetando las riendas
de su zaino compadrón
repartía las encomiendas
por toda la población…
Y sin perder el respeto
no esperaba que le pidan
solía leerle las misivas
a tantos analfabetos.
Como era humano y correcto
siempre infundía esperanza
a quién la postal tardanza
hacía dudar de los afectos…
Fue el mensajero perfecto
del Chaves de mi añoranza.
Hoy lo evoco del olvido
galopando entre los vientos…
Con su cartera a los tientos
y el tango de su silbido
no sé, si fue su destino
modesta jubilación,
pero se corrió el rumor
o tal vez, yo le imagino
un final muy argentino
en un “baile e corralón”…
por disputar a facón
un corazón femenino.
Osvaldo Furlani