Archivos secretos 6

Llamada Internacional

La utopía del Patrón.

Osvaldo Soriano

 

– Lo que usted no quiere aceptar es que ahora la gente vota por el patrón. Fijese los países del Este. Se cansaron de tanto camarada de aquí, camarada de allá, y la utopía de esa gente era encontrar un patrón. Los alemanes voltearon el muro al grito de ¡queremos Coca-Cola! Los sovieticos estaban hartos de ser una potencia obrera y campesina y lo que quieren es una Bolsa grande, con acciones, yuppies y corridas cambiarias, ¿entiende ahora?

– Más o menos. ¿En Yugoslavia por qué se pelean?

– Por lo mismo, por conseguir un buen patrón, de esos que votan leyes de flexibilización del empleo para terminar con la pálida de ser obrero… ¡Capital, capital!, gritan…

– ¿Y quién va a trabajar?

– ¡ El robot! ¡La computadora! ¿O usted no lo escucha a Menem? ¿No oye lo que promete para el futuro?

– Pena de muerte, promete. Silla eléctrica, guillotina, garrote vil…

– Eso es para meterle miedo a Terence Todman… Es el estilo Tigre de los Llanos. Ya perdió al peronismo, a la familia, qué quiere, ¿Qué también le quiten el estilo?

– No me convence. En Lituania declararon héroes de la patria a los que colaboraron con los nazis durante la ocupación.

– Luchaban contra el monstruo leninista, contra la burocracia socializante y la sinarquía internacional…

– Sí, pero se cargaban a los judíos…

– No sea testarudo, hombre… En Lituania hace un frío bárbaro y Hitler llevaba estufas, ¿entiende?

– Se me hace cuesta arriba… Si no hay más comunismo ni socialismo ni sindicalismo, ni peronismo, ¿quién va a defender a la clase obrera?

– ¡No hay más clases, hombre! Nadie quiere ser obrero. ¿Para qué defender algo que nadie quiere ser?

– Eso lo tiene que debatir la izquierda.

– Qué van a debatir si el monumento de Lenin se les cayó encima… ¿Se acuerda cuando a los zurdos les decían que si no les gustaba el capitalismo se fueran a Moscú?

– Me acuerdo, ¡qué tiempos..!

– Menos mal que no fueron. Los izquierdistas que no están presos en Moscú se refugiaron en Austria.

– Siempre habrá explotadores y explotados. Digo, si me permite la boutade.

– No sea primitivo… Con gente como usted Cavallo nunca va a poder hacer un país en serio. Una persona responsable no se puede oponer a la libre empresa, al petróleo desregulado, a la aviación competitiva, a los teléfonos privados…

– Esta semana la nafta aumentó el dos por ciento en dólares, yo sigo sin DDI y el avión a Córdoba sale más caro que a Brasil.

– ¡Pavadas! ¡Lo que cuenta es la estabilidad! Cuando usted votó por Menem, ¿en qué pensaba?

– Yo no voté por Menem…

– ¡Oiga, no diga eso, a ver si tenemos la línea pinchada!

– No, esas cosas se pueden decir, vivimos en libertad… Menem dijo que él es un conservador progresista.

– Sí pero quiere pena de muerte, ¿no? Mejor nos cuidamos, acuérdese que el Tigre de los Llanos era muy rencoroso…

– Pero valiente y gentil con las mujeres.

– Eso le iba a preguntar. ¿Es verdad que a Zulema le mandan la comida a la casa?

– La vianda preparada en Olivos, sí.

– Bueno pero de Olivos a la calle Posadas el almuerzo llega frío. En eso creo que la señora tiene razón.

– ¿Le escribo cincuenta líneas?

– ¡No, hombre, nunca ataque a un presidente recién plebiscitado! Lo llamé para que me escriba cien líneas contra Fidel Castro a ver si lo bajamos de una vez por todas…

– No, eso pídaselo a Vargas Llosa.

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