En la valija del “viajante”, en el “mono” del linyera, la “mesa de luz” de la fonda, el baúl de la mucama con “cama adentro” era común encontrarlas.
Las leían en las estancias, en la pieza de adobe de “la casa de los peones”, a la luz del humoso candil o la vela, en el puesto del ovejero patagónico, en la ranchada precaria del hachero y del mensú, y en la choza de maloja del cañaveral del ingenio, en el vagón ferroviario y la lerda barcaza del río, y hasta en la tétrica celda del presidiario fueguino.
Del casi apolillado “archivo secreto”, seleccionaremos algunas para transcribir en “Chaverías” corriendo el riesgo de que por la variación del idioma en el tiempo no se entiendan actualmente y ya no interese a nadie.
Pero si “corajean” a leerlas, veremos con sorpresa que tratan temas humanos aún no resueltos, y algunas situaciones parecerían aludir a estos tiempos post modernos.
Rescataremos del olvido la voz de un inclaudicable payador ácrata, DonMartín Castro.
Esclarecía al auditorio durante la “Década Infame”
Adonde Vamos
Estamos en la pendiente De la inconciencia y el vicio, Al borde del precipicio Del disgusto universal. La palabra no ha podido Tranquilizar la vigilia Ni salvar a la familia De la gran quiebra moral.El mundo se desmorona, Todo es un desequilibrio De infortunio, de ludibrio, De desventura y de hiel. Se vive en un desconcierto, No se cree ni en uno mismo; Cada testa es un abismo, Cada lengua una babel. » |
El hombre como habitante Es un fracaso viviente Moral y materialmente En todo el orden del ser; Cuando medita y realiza, Cuando premedita y siente, Ante el crucifijo miente Hasta en la hora de morir.Lleva el hombre el mal intento En el cerebro escondido, Como un séptimo sentido Maquinando en la intención; Urde su testa en silencio Los más oscuros delitos, Atentados inauditos Y hace carne la traición. » |