Don Promesa y Juan Preciso(*)
Don Político Promesa Se encontró con Juan Preciso, Y Promesa de improviso Le dijo –Qué tal, qué tal; Y Juan Preciso repuso, Con un gesto de ironía, -con la barriga vacía, sin trabajo y sin un rial.-sin trabajo, ¡Qué injusticia! Y yo aquí anónimamente Regalo modestamente Un empleo semanal.¿Quiere trabajar ya mismo? Contésteme sin tropiezo, Ganando trescientos pesos De empleado municipal…-si pudiera, ¡cómo no! -cuente con mi garantía; venga el martes, no es mal día; venga el jueves. Y así fue. Y le dijo el intendente: -no firmo su nombramiento y yo me puse violento y en alta voz lo increpé.Preciso agregó: -Lamento Que usted por cumplir conmigo. Rompiera con un amigo De un mérito superior. -yo soy criollo, amigo mío, y ese proceder impropio me ha herido en el amor propio, y al fin de todo es mejor. Iba con trescientos pesos |
-¿Y cuando vuelvo?, insistió Preciso, con todo ahínco. -vuelva el dos, no; vuelva el cinco. Y el cinco el hombre volvió, Y le dijo: -Hoy he tenido Otra gresca soberana Con el Director de Aduana Porque no me lo nombró.-Búsqueme una ocupación de menor categoría. -¡Nunca! ¡Nunca! Eso sería desmerecernos los dos.-Usted ve que mi calzado está mostrando las grietas, las que me hacen morisquetas como diciéndome ¡adiós!-No se amedrente, amigazo, pues tengo otras proposiciones de quinientos patacones en Yacimiento Fiscal. Lo propuse en la Comuna Con un sueldo de seiscientos Y hoy ya gana setecientos En un puesto nacional.-¿Cuándo vuelvo? –Mas o menos, vuelva en la semana entrante, que ya estará la vacante que debe ocupar Usted. Y Preciso, muy creído, Vendió el reloj, los anillos, Para el viaje y cigarrillos Y las vueltas de café. Volvió Preciso, y Promesa |