La vieja semilla

Pasaremos por alto la bibliografía y documentación sobre reglamentación de condiciones de trabajo y salarios, que no faltan, desde el virreinato y primeros años de la Independencia, siendo atinentes las del trabajo rural para nuestro objeto.

Pese a lo tardío del poblamiento y del trabajo y producción en nuestro medio geográfico, transcribiremos, porque en su tránsito pasaron por nuestro partido, “picoteando”, interpolando, “Antecedentes Históricos sobre la ciudad de Bahía Blanca”, recopilados por Esteban Rigamonti, porque nos dan una noción de la vida de los trabajadores que aportaron la mano de obra primera, que forjó materialmente las poblaciones del sur bonaerense.

Respetamos grafía de época.

“Buenos Aires, Feb. 17, 1828

El comisionado que suscribe se dirige al Sr. Coronel Estomba, gefe(sic) de la expedición a Bahía Blanca, y tiene el onor(sic) de acompañarle su opinión y explicaciones relativas a lo dispuesto, preparado y remitido a Bahía Blanca, expresando en lo que le toca las explicaciones y destinos de algunas cosas de las qe se han mandado. El Sr. Coronel Estomba se servirá recibirlas, admitiendo las protestas de la más distinguida consideración con que le saluda el qe suscribe

                               Juan Manuel de Rozas

 Rosas, comisionado de frontera por el gobernador Dorrego, se encarga del envío, materiales, etc. para la fundación, y da las opiniones de su idoneidad en extensa nota que extractamos:

1º cada cuadra de foso de 3 ½ a 4 Vs. De boca con fondo proporcionado será pagada a razón de 200$, sino se diere en piedra o toscadura. En este caso el Sr. Estomba convendrá con los foseadores sobre el aumento del jornal.

2º los pagos de los qe trabajaren los hará el gefe con el Comisario de la expedición, teniéndose en consideración qe los trabajos de fosear y sangear (sic) son más fuertes que los de los trabajadores comunes, de modo qe estando prefijados pa estos 8 reales por día en el presupuesto que ha pasado el Sr. Estomba, parece consiguiente que se page a aquellos un mayor jornal.

4º los maestros de ranchos y los de carpintería tienen un jornal empleado en su oficio de 3$

8º las raciones serán distribuidas a todos los expedicionarios y trabajadores desde que la expedición se moviera del punto de reunión. Cada ocho días se darán las raciones de yerba, tabaco y papel.

15º los jornaleros desde que la expedición se moviere gozarán medio sueldo por día ida y vuelta y mientras no se les de trabajo; los maestros de ranchos, lo mismo; desde qe se les de ocupación correrá el sueldo ofrecido en el art. 4º. (Maestro de rancho o “alarife” era el idóneo en construirlo)

16º las palas se han despachado perfectamente apiladas y las botijas que son pa que consigo tengan agua los trabajadores y no se paren del trabajo al pretexto de ir a buscarla.

(También se remite un botiquín y se nombra un cirujano).

Ganado bacuno (sic) 1040 de 1100 que eran, se rebajan 60 que se han perdido entre chico y grande traído del Tandil pertenecientes al estado. 40 bueyes, 6 carretas del estado y otras compradas en Tandil a don Polidoro Coulin.

Ahora va un testimonio del oficio de resero:

El Comisionado que firma dirige al Coronel Estomba una tropa de reces gordas entra vacas, novillos y bueyes cuyo número indicará don Juan Genaro Chaves. la marcha de la hacienda se ha demorado por noticias de invación (sic) de indios que nos ha puesto en cuidado.

                                           Juan M. Rozas

Sobre los carreteros:

Ramón Estomba, gefe de la expedición a Bahía Blanca certifica haber llegado el 11-4-1828, don Polidoro Coulín con 30 carretas de su propiedad fletadas por el estado de Buenos Aires el 5 de febrero y quedando desocupadas el 16 del actual.

Llego al Tandil el 14 de marzo, habiendo consistido la demora que se nota en la deserción constante de peones que ha tenido desde su salida de la Capital pues los hombres que se tomaban por la policía para suplir la falta de peones, lo mismo que los que se tomaban en el tránsito hasta Tandil, abandonaban la tropa al menor descuido y quedaba parada ésta hasta ser remplazados.

6º el carpintero será suministrado por Estomba

7º los peones tendrán ración que suministra el Estado para la tropa.

8º los peones de las carretas serán respetado y reclamados siempre que sin motivo aparente y durante el viaje fuesen tomados o requeridos por alguna autoridad y se les dará protección al dueño de la tropa para que si le faltara alguno en el camino, lo tome donde pueda hacerse sin perjuicio.

Vemos por el itinerario que estas carretas viniendo del Tandil por el camino de “La Tinta”, pasaron por Chaves, y también por Tres Arroyos, parada que ellos llamaban “Clo- Mecó”.

Teniendo en cuenta que nos separaban sólo 18 años del Virreinato, de la Encomienda y la esclavitud, nos sorprenden como bastantes consideradas con los trabajadores las sugerencias del Comisionado Juan Manuel de Rosas, quien era capaz de dar ejemplo trabajando a la par del personal, actitud que forjó una de las bases de su popularidad política inicial.

Un comentario en “La vieja semilla

  1. Estimado Osvaldo:
    seguramente usted no me conoce, pero desde hace mucho años soy admirador suyo. Recuerdo que siendo alumno de la Escuela N° 9, usted nos brindó una charla, sumamente interesante, sobre las comunidades que preexistían a la conformación del poblado de Adolfo Gonzales Chaves y posteriormente del partido homónimo. Yo seguí mis estudios como docente en historia, y realmente me han fascinado todos los relatos y artículos que ha publicado en este blog. Y debo reconocerle además, que a partir de la lectura de Ch’Averias comencé a tener un profundo interés por el componente criollo que habitaba el sudeste bonaerense, grupo étnico que como usted refirió en el artículo dedicado a las andanzas de Don Eusebio Freidiaz, fue injustamente olvidado y excluido de toda obra conmemorativa que alude a la historia de los partidos bonaerenses.
    Espero así, que algún día, cuando regrese a Chaves, y si me lo permite, pueda entablar una conversación con usted para proseguir aprendiendo de sus admirables saberes sobre la historia local.

    Un saludo afectuoso,
    Pedro Berardi

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