Haciendo camino al andar se llegó al Bicentenario

Por suerte y para probar que no hago fantasía literaria, de un viejo mueble con tapa de onix de San Luis que trajo de sus andanzas rescaté hace años unos negativos que me reveló el viejo fotógrafo don Juan Suria, fundador en Chaves de la legendaria pizzería.

El anciano de la foto es el antiguo montonero, reliquia sobreviviente de los olvidados de la patria. Sólo los poetas no lo olvidaron.

Mi homenaje del Bicentenario será trascribirle estos versos de los que sólo sé que el autor firma Daniel Elias.

Veterano de mis Pagos

Aún recuerdo su melena, del color de su tordillo
Viejo, todo nervio y fibra, como fosco viraró
Unas veces fue soldado, y otras veces fue caudillo
De la misma escuela gaucha donde el Chacho se formó.
¡Viejo lindo por lo guapo! ¡Lindo viejo montonero!
De él se dice que a la cincha de su hirsuto redomón
En la loca indisciplina del homérico entrevero
Por las pampas azoradas, arrastró más de un cañón.
Y su cuerpo… Era un arnero, la crueldad ruda y salvaje
De las lanzas lo rayaron con caricias de tatuaje
Como rúbricas de gloria, en su planta de varón.
La tarde agonizaba, con el sol que se moría
Y la plata reluciente, de sus crines parecía
El reflejo de la luna, en el arista de un orcón.

“Los papeles de los tatarabuelos”

Martín Juan Furlani nació el 11 de noviembre de 1844 en Bevilacua, Verona, Italia. Hijo de Juan Furlani, profesión verterinario. Murió en Buenos Aires el 10-12-1919.

Josefa Vicentini Scolari nació el 24 de enero de 1857 en Castagnaro, distrito de Legnano, Verona, Italia. Hija del Dr. Bennato Mariano Octavio Vicentini, médico cirujano y doña Luisa Scolari Morgante. Fallecida en Argentina el 26-8-1940.

Contrajeron matrimonio el año 1872. Acompañados de sus siete hijos: Adele, Ebe, Bennato, Juan Armando, Julio, Carlos y Emilio, se ausentaron con destino a Buenos Aires. De los hijos citados, Emilio falleció durante el viaje, y fue sepultado en alta mar.

Osvaldo Furlani
Octubre 2010
Año del Bicentenario