Plan de Colonización Andresito. Alm. Brown. Misiones.
25 de Junio de 1982
Osvaldo Furlani
Estimado Osvaldo, luego de saludarte con el aprecio que te mereces y deseando te halles bien en compañía de los tuyos, quedando nosotros, tanto Tona como Susana y los demás familiares que se encuentran aquí en Misiones.
Bueno Osvaldo no quise escribirte antes porque lo que te podría haber contado sólo hubiera sido fruto de un entusiasmo o sólo lo que empezaba a conocer en esta legendaria tierra colorada. Hoy a 20 meses de radicación en esta colonia en la frontera con Brasil te he querido decir algo de lo que quizás tú le llames una aventura.
Vos Osvaldo que muchas veces me dijiste que el día que me entregaran la tierra, quien sabe como iba a reaccionar, hoy tengo la tierra y en un lugar que vos conoces, duro, muy duro, pero esta tierra es mía, tierra fértil y generosa, lo que le tirás lo recibe para devolverte el merecido fruto de tu trabajo. Colonia enclavada en las Selvas subtropical jugando el patriótico deber geopolítico mirándolo con sinceros principios. Y con unidades económicas realmente que me permitirá pasar una vejez sin los mayores sobresaltos.
180 hectáreas de monte virgen, ya llevo volteadas 18 y con algo que los intrusos habían volteado tengo 27 hectáreas de campo limpio.
He plantado 8 hectáreas de yerba, hice potreros en campo que tiene nacientes de agua, planté una hectárea de citrus, una hectárea donde está plantada la chacra con frutales como bananas, ananá, duraznos, mamón, palta, aljaba, como producción típica planté una hectárea de mandioca, y este año entre los líneos de la yerba sembré arroz en seco que me dio 10 bolsas de 5 kilos, es una variedad que traje del Brasil, siempre entre lineo y un pedazo que no alcancé a plantar yerba sembré 5 hectáreas de maíz, una de soja y verdura cualquier cantidad para el consumo. Todavía estamos comiendo tomate y pimientos y algún pepino. Vos sabés Osvaldo que la tierra de desmonte no se ara, sólo se disquea porque es muy blanda.
Son a grandes rasgos lo que te puedo decir. Me hice una casa grande y linda en el campo con luz eléctrica de 220, porque compré un grupo electrógeno de esos japoneses, así que en medio de la selva tenemos agua corriente, televisión, y Tona tiene lavarropas. Con la plata que saqué de la casa compré un tractor usado, rastra y una sembradora de esas que se tiraban a caballo de tres surcos, para sembrar entre la yerba, la adapté al tractor.
Pero aquí no termina. Hace 28 meses cuando un visionario de los que todavía quedan (murió) logró la aprobación de la creación de una colonia en la frontera con Brasil, justo atrás de las Cataratas, sobre el Río Iguazú, donde para llegar había que caminar 100 Km. Por senderos del bosque, intransitables, y cueva negra de grandes contrabando y penetración de intrusos brasileros que se llevaban las mejores maderas. Sutil manera de penetración. Hombre del ejército, coronel retirado junto a un joven ingeniero agrónomo, un indio conocedor del terreno, 2 topógrafos, uno de ellos sobrino del viejo Cámpora, se radicaron al lado del arroyo Yacutinga, y desde ahí sacaron en menos de un mes y medio los estudios geográficos, desafiando los inconvenientes de la selva, sin la más mínima forma de moverse con desenvueltos medios.
A lo mejor faltó perfección y los métodos a lo mejor no fueron los más perfectos. Había que ver que él enfrentaba un costumbrismo que rompía todas las costumbres, pero el momento que vivía el país le jugaba a su favor y eso en alguna oportunidad le servía su forma viril e imponente con unos sentimientos de un niño pero con la frialdad de un hielo. Manifestaba un sincero patriotismo. Conmigo discutió alguna vez, pero luego sonreía y me decía: “mirá que yo sé quien sos vos, pero también sé que sos sincero. Vos Sixto me hinchas las bolas pero vos no conocés estos gringos minifundistas y yo tengo una carta en la manga”.
Después de estos estudios contrató una empresa para que se hicieran los caminos, caminos anchos, muy bien terminados, y la misma debía mantenerlos 2 años. El pago de los caminos fue la madera que sacaban de los caminos que en realidad son callejones para futuras rutas, la 21, la 24, la 101; y la mayor parte de los lotes tienen dos callejones al costado. No hay una sola chacra sin un buen camino, todavía de tierra, pero ya está a sólo 25 kilómetros la ruta N° 24.
Nos consiguió para los colonos del plan estar exentos de todo impuesto; nosotros vendemos la madera sin pagar el afuoro que es el 25% del valor real. Sólo pagamos la guía. Con el ingreso de las guías se creó un fondo para el desenvolvimiento del plan. Se nos vendió la tierra a 19 mil palos la hectárea, a pagar en dos años. A mí no me alcanzó a salir 3.550 palos en total, pagué con la mitad de la madera que ya voltee. No sé si me entendés, me salió $34.000 en total.
¡Querido Osvaldo !
Querido Osvaldo… Espero estés bien. Soy el nieto de Sixto Ortiz, y me sentí muy feliz y orgulloso de Uds. dos, por la enorme amistad y compromiso entre Uds. Sólo un muy buen amigo se dedica a dejar constancia de los hechos de su amigo, y eso te engrandece como persona. Yo por mi parte, tratando de hacer honor a los pasos de mi abuelo y padres he seguido luchando y haciendo patria. Desde ya mis puertas están abiertas para quien supo apreciar el valor de un luchador. Abrazos, hasta siempre… para contactarme comunicarse al email