Un mundo criollo en las Malvinas

Lunes 5 de Octubre:
Buen tiempo. Habiendo leído ayer sobre la fundación en esta isla de la Colonia Francesa salí con Vernet en busca del lugar donde erigieron su primera habitación, fuimos por la costa de la mar, hasta donde los buques hacen aguada que es un hermoso arroyo que cae a la bahía grande. Al doblar una punta de la barranca alta que sobresale, sorprendimos más de cien patos de una clase que no vuela, de modo que ganándoles el lado del agua se agarran fácilmente, llegados que fuimos me acosté sobre el pasto al calor del sol que era bastante fuerte, sin ser desagradable me agradó mucho este sitio, es un valle cercado de lomas elevadas.
Sobre la cumbre que la teníamos a nuestra espalda se ven los restos del fuerte que hicieron los franceses, subimos a él, está colocado en el lugar más dominante por cuya razón lo habrán mantenido los españoles.
Después de haber descansado, seguimos nuestro camino guiándonos por las señas que nos había dado el libro citado, y vino a resultar ser una de las ruinas que se hallan a un lado del arroyo cerca de nuestra casa, aquí quedé sorprendida de ver se bañaban las negras en un día que no hacia calor para ello.

Martes 6 de Octubre:
Buen tiempo. Estuve en el jardín donde Vernet con el que cultiva se divertía plantando papas chilenas y alverjas.

Miércoles 7 de Octubre:
Buen tiempo. Me fui al arroyo donde lavaban las negras la ropa de uso de casa.

Jueves 8 de Octubre:
Hermoso día. Después de almorzar salí con Vernet para el pescadero. Al llegar a la cumbre de una loma me detuve para gozar despacio de las hermosas vistas que se me presentaban. De aquí presenta nuestro establecimiento vista de pueblecito. Seguimos nuestro camino deteniéndonos varias veces al pasar los arroyos, llegamos al pescadero, la casa en que vive doña Margarita dista muy poco de la orilla de la mar, a un lado de ella corre un arroyo de agua dulce, y al otro un manantial a la espalda tiene un galpón que contiene los pescados salados: Encontré este matrimonio muy contento lo que no dejé de extrañar, pues en los primeros días de su llegada aquí se quejaban por haber venido a un desierto, pero hoy que se hallan bien acomodados en una buena casa y que nada les falta dicen que les parece vivir en el paraíso. Se ha hecho allí mismo una gran pileta para salar los pescados cuando sea tiempo de agarrar. Me volví a la tarde a casa.

Viernes 9 de Octubre:
Día hermoso. Salí a caminar con Vernet y los chiquitos hasta la ruina de la primera habitación francesa Nos detuvimos aquí a ver los chiquitos que se echaban a rodar desde la cumbre hasta la falda de la loma, no teníamos miedo que se hicieran daño por estar cubierta de un pasto tupido y corto que la hace como un colchón. Sofía los quería imitar, pero mal lo pudo hacer pues no hace más que quince días que camina. Los tres están sanos y robustos.

Sábado 10 de Octubre:
Tiempo variable. A la tarde me paseé en el jardín. Está al cuidado de un alemán que estuvo empleado en la quinta de Holemberg en Bs. Aires, ha sembrado ya muchas semillas de hortalizas y un día de estos lo hará de flores.

Un comentario en “Un mundo criollo en las Malvinas

  1. Me permiti copiarlo y pergarlo en mi muro, comparto la opinion de Uds. sobre la deformacion deformacion de la Gloriosa Gesta de Malvinas,que se esta intentando construir,debemos recordar que varias fueron las oportunidaddes anteriores que GRan Bretaña,el Imperio mas sangriento que se tenga memoria en la Historia de la Humanidad que quiso invadirnos y ocupar parte de nuestro territorio.Felicito a Uds. por la iniciativa.

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